Rabbit’s bar

Desde el momento en que ingresé, me impresionó gratamente la elección de la música ambiente. Tanto el género musical seleccionado como el nivel de volumen contribuyeron a crear un ambiente agradable y relajado. 

El servicio inicial fue rápido y atento. Inmediatamente después de sentarnos, nos ofrecieron algo de beber, lo que siempre es un gesto bienvenido.

El personal en general fue excepcionalmente atento y amable. Sin embargo, hubo un pequeño inconveniente con el retraso en el segundo plato, por el cual se disculparon dos o tres veces. Aunque aprecié su cortesía, el retraso fue, en efecto, más largo de lo que esperaba.

Hablemos de la comida. Desde el pan con tomate hasta las croquetas y los platos más elaborados como el fricandó, cada plato estaba lleno de sabor y preparado con maestría culinaria, si bien la cantidad se puede considerar un poco escasa.

Además, los lavabos estaban impecables y equipados con papel para secarse las manos, en lugar de secadores de aire, lo cual es un detalle que marca la diferencia.

No obstante, hay aspectos que podrían mejorarse en Rabbit’s Bar. Las mesas y sillas son un tanto incómodas, con mesas pequeñas que hacen difícil acercarse al plato sin que las patas de las sillas interfieran. Además, la disposición de las mesas es un tanto apretada, lo que puede resultar en una experiencia un tanto ruidosa, ya que las conversaciones de las mesas cercanas se hacen notar más de lo deseado.

En resumen, mi experiencia en Rabbit’s Bar fue mayormente positiva, destacando la excepcional comida y el servicio amable. Sin embargo, considero que algunas mejoras en la disposición del mobiliario y el control del ruido podrían elevar aún más la experiencia en este encantador restaurante.

From the moment I walked in, I was pleasantly impressed by the choice of background music. Both the selected music genre and the volume level contributed to creating a pleasant and relaxed atmosphere.

The initial service was prompt and attentive. Right after we were seated, we were offered something to drink, which is always a welcomed gesture.

The staff, in general, was exceptionally attentive and friendly. However, there was a slight inconvenience with the delay in the second course, for which they apologized two or three times. While I appreciated their courtesy, the delay was indeed longer than expected.

Let's talk about the food. From the tomato bread to the croquettes and more elaborate dishes like the fricandó, each dish was full of flavor and prepared with culinary mastery, although the portion size could be considered a bit small.

Furthermore, the restrooms were spotless and equipped with paper towels for hand-drying, rather than air dryers, which is a distinguishing detail.

However, there are aspects that could be improved at Rabbit's Bar. The tables and chairs are somewhat uncomfortable, with small tables that make it difficult to get close to your plate without the chair legs interfering. Additionally, the table layout is a bit tight, which can result in a somewhat noisy experience, as the conversations from nearby tables are more noticeable than desired.

In summary, my experience at Rabbit's Bar was mostly positive, highlighting the exceptional food and friendly service. However, I believe that some improvements in the furniture layout and noise control could further enhance the experience at this charming restaurant.